viernes, 14 de mayo de 2010

TOMA DE POSICION SOBRE LA HUELGA MINERA DE PERU

ANTE LAS MASACRES MINERAS, LA REFLEXIÓN Y SOLIDARIDAD DE LA CLASE OBRERA.

El 4 de abril, en el marco de las movilizaciones promovidas por la Federación Nacional de Mineros Artesanales de Perú, los mineros artesanales de las proximidades de Chala, Arequipa cortan la carretera Panamericana y se enfrentan a la policía que, armada hasta los dientes, se dispone a desalojarlos. El resultado de los enfrentamientos fue de 6 mineros muertos, que fuentes sindicales elevan a 14, y más de 20 heridos, . La represión fue brutal e indiscriminada afectando por ejemplo al conductor de un mototaxi que no participaba en la protesta.
El proletariado debe expresar su solidaridad con estos trabajadores y manifestar su indignación por el salvajismo de la represión estatal pero también debe analizar y sacar lecciones de las trampas ideológicas que este conflicto ha puesto de relieve.

La región de Madre de Dios y también otros como la costa de Arequipa o la zona de Ica, han visto en los últimos años la afluencia de familias enteras que malviven en míseras chozas y que todos sus miembros, hombres, mujeres y niños, se ven obligados a un trabajo agotador para encontrar el cotizado metal amarillo. Pero si son ellos los que sufren las enfermedades, las muertes por accidente, la represión de las múltiples mafias que les “protegen”, su “recompensa” es apenas malvivir mientras que los beneficios del oro son amasados por capitalistas locales, brasileños y rusos que son los dueños de las gigantescas dragas instaladas en los ríos las cuales producen una fuerte contaminación y que son los grandes magnates que explotan lo que se llama la “minería informal o artesanal”.

Pero estos trabajadores no son víctimas de las balas de la policía, sino también de la manipulación y los engaños de la acción combinada de Sindicatos, Patronal, Gobierno, medios de comunicación y demás instituciones burguesas, que les han arrastrado a luchar por la defensa de unos intereses que no son los suyos: la derogación del Decreto DU 012-2010 aprobado por el Gobierno para regular la minería informal.

Los mineros han caído prisioneros de la pugna de intereses entre dos sectores burgueses: los de la llamada minería formal y los de la llamada minería informal y artesanal. La agudización de la crisis económica mundial deja sentir sus efectos en todas partes del mundo, incluido Perú, y en todos los sectores económicos, incluida la minería (principal actividad económica de Perú) haciendo que esa pugna de intereses sea cada vez más encarnizada. El interés del Estado peruano por regular la minería informal no tiene nada que ver con la lucha contra la contaminación medioambiental, ni con la eliminación de la explotación infantil –como cínicamente pretenden en sus discursos- sino con algo mucho más prosaico: recaudar impuestos de una actividad que hasta ahora estaba al margen de su pago. El interés de los empresarios de la minería formal, que también enarbola cínicamente contra la minería informal los mismos argumentos ecológicos y contra la explotación infantil (como si ellos no contaminasen ni explotasen a sus trabajadores importándoles un rábano que sus hijos vivan en la miseria o mueran de hambre), es igualmente inconfesable: eliminar o al menos reducir en gran medida a un competidor para tratar de acrecentar su cuota de mercado. Por su parte el interés de la llamada “minería informal” es mantener “las cosas como están”
Que se imponga el Decreto DU 012-2010 o que se derogue, que explote a los mineros un patrón “formal” o uno “informal”, no va a suponer ninguna mejora para los trabajadores. El asunto del Decreto, de su aprobación o rechazo, envuelve una pelea entre capitalistas. En ella los trabajadores no tienen NADA QUE GANAR Y TODO QUE PERDER.
¿Qué lecciones podemos sacar de esta experiencia?.

Los trabajadores, mineros o de cualquier otro sector, en Perú o en cualquier otra parte del mundo, no podemos dejarnos la piel en defender unos intereses que no son los nuestros sino los de nuestros explotadores. No podemos aceptar el terreno de división que desde el principio del conflicto han planteado los sindicatos, que han hecho luchar solos y aislados a los mineros “informales” mientras fomentaban la pasividad y el no involucrarse a los mineros de la minería “formal”, sin olvidar el linchamiento mediático que el “sector informal” sufrió y que le separó más del resto de la clase y de la población en general. Sobre esto último denunciamos la vil amalgama que han hecho prensa, políticos, etc., que han presentado a las familias mineras como “bárbaros destructores del medio ambiente” y como “desalmados que explotan a sus propios hijos”, ocultando que son los capitalistas y las mafias del “sector informal” quienes contaminan y quienes ponen unas tarifas tan irrisorias que obligan a que las familias empleen a los niños más pequeños para poder ganar un mínimo.

Ese terreno de división y aislamiento ha impedido que las reacciones solidarias e indignadas de muchos trabajadores ante la carnicería perpetrada en el asfalto de la Carretera Panamericana, no pudieran ir más allá.

Aunque ya ningún periódico, ni televisión, hablan de estos muertos nuestros, el mejor homenaje que podemos hacerles es sacar las lecciones, comprender las trampas que se montaron y que se seguirán montando mientras como proletarios no sepamos defender las verdaderas armas de nuestro combate: la unidad, la solidaridad y la lucha común contra toda explotación, más allá de las divisiones de sectores, ramas y naciones, sean los patrones privados o estatales, nacionales o extranjeros, “formales” o “informales”.

¡Por la organización y lucha autónomas de la clase obrera mundial!
¡Proletarios del mundo, uníos!

GLP/ORGAP/CCI. (6/4/2010)